Welcome to my blog, hope you enjoy reading :)
RSS

29 de julio de 2010

una simple noche...


Yo estaba tranquila en mi casa, en la cual vivia sola desde hacia uno o dos meses, sin saber que hacer, cuando de repente suena el timbre. Era Stephany, la madre de la mujer de mi tutor, ambos asesinados, hacia un año aproximadamente, por un ladron en nuestra casa. Stepany estaba con Teddy, mi ahijado e hijo de mis tutores, en sus brazos. Me sentia feliz de verlos, aunque Steph se veia bastante irritada.

- ¡Hola! ¿Que hacen aca? - les pregunte sonriendo. La mujer se veia cansada y triste, sus ojeras mostraban una larga falta de sueño.

-Tomalo - dijo, dandome al bebe en sus brazos dandose media vuelta para retirarse.

- ¡Para!- dije dejando a Teddy en un lugar seguro para que no se despertara de su sueño - ¿Que haces? ¡Para, por favor! ¡No podes dejar a Teddy!

-¡Claro que puedo! Despues de todo vos sos la madrina, ¿no?- dijo enfurecida.

-No entiendo, ¿Por que lo queres dejar? - le pregunte, estaba desesperada.

- ¿Que es lo que no entendes? Mira, pendeja, vos te fuiste y yo me tube que quedar con ese enjendro, tuve cuidarlo, ¡Despues de lo que le paso a mi hija! - se notaba que no estaba bien, ¿pero que hiba a hacer con el bebe? Teniamos suerte de que no pasaran los autos, ya que estabamos discutiendo en el medio de la calle.

- ¡Es tu nieto! No lo podes dejar asi, entiendo como te sentis pero... - dije yo aunque una risa falsa de parte de Stephany me interrumpio, me di cuenta de que habia empezado a llorar.

- ¿Entender como me siento? ¡¿Entender?! - estaba exasperada - ¡Vos no tenes idea de como me siento, Abby! Aunque no te sientas mal por mi, en poco ya no voy a sentir mas este dolor, nunca mas- mientras decia esto mas lagrimas salian de sus ojos, no entendia. ¿A que se referia con que no hiba a sentir ese dolor?

- ¿A que te referis? ¡NO! -me di cuenta de lo que me decia, no podia dejar que pasara, saco un revolver de su bolsillo y lo dirijio hacia una parte un poco mas alta que su oreja- ¡NO LO HAGAS!

Pero ya era muy tarde, ya lo habia hecho. me quede arrodillada mirando al cadaver de la mujer, sin saber que hacer. Tenia que avisar a alguien. Llame a la policia. Llegaron bastante rapido. Sentia que mi alma se habia caido sobre mis pies. No queria llorar, pero la angustia era mas fuerte que yo.

Me fui lo mas rapido posible hacia la casa, donde Teddy estaba, aun dormido. ¡Que afortunado que era! no se daba cuenta de lo que habia pasado, podia seguir durmiendo tranquilamente. Apesar de eso, me daba mucha pena, no tenia nadie que lo quiera. Un policia que entro corto el hilo de mis pensamientos.

- ¿Llevamos al bebe a un orfanato?- me pregunto, ¿estaria mal de la cabeza?

- ¿Usted esta loco? ¡Claro que no! - no podia hacer que Teddy pasara esa miserable suerte que habia pasado yo.

- ¿Y que va a hacer a hacer con el?, no se lo quedara usted, ¿no?- dijo.

- ¿Por que no?- dije yo

- como quiera... - estaba sorprendido, pero nunca lo hubiera dejado en un orfanato.

Cuando me desperte la mañana siguiente, me quede con los ojos cerrados deseando que todo hubiera sido un sueño. Pero no tuve mucha suerte. Me levante y fui directo al cuarto extra de la casa para ver si Teddy estaba ahi, y asi era, y se veia bastante despreocupado. lo cargue en brazos y me diriji a la cocina para desayunar. No sabia que hiba a pasar, pero todo iria bien.

27 de julio de 2010

nuevo mandala


-¡Pasa!, no seas tímida- dijo el profesor de arte. Era un hombre bastante formal, sus ojos grises mostraban experiencia y dulzura, tenia varias canas que pedían a los gritos que las tiñan o algo de diversión. Su estilo era como el estilo que tendría el señor Collins (del libro de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio) para ser simple.
Tenia que admitirlo, en esos momentos los único que tenia ganas de hacer era golpearlo, a pesar de ser buena persona era irritante que me tratara como una nena de 5 años.
Entre a la sala, completamente roja de la vergüenza, para descubrir que, para mi suerte, solo había una única chica. no podía detener el sentirme completamente aliviada al solo tener que enfrentar a una chica. No me llevaba con la gente, toda la gente a excepción de mi familia eran las tres cosas que mas me repugnaba ver en una persona: falso, estúpido y en sima, creído.
- Hola- le dije con la mejor sonrisa que pude hacer a mi nueva compañera.
- Hola - me dijo dirigiéndome la sonrisa mas tímida que había visto - me llamo Ornella, ¿y vos?
No era muy original.
- Isis.- mas simple imposible, pensé para mis adentros.
No nos hablamos por un rato, ya que el profesor nos estaba explicando como hacer un mandala. Como si nunca lo hubiera hecho, aunque tenia que decir la verdad, me divertí bastante haciéndolos.
- ¿Cuantos años tenes? - me pregunto de repente, se notaba que quería sacar conversión.
- 15, ¿y vos? - decidí ser amable, pobre chica, seguro que estaba medio incomoda, decidí mostrar mi lado bueno, no parecía mala gente.
- 13 y medio.
¡Que bueno! Me llevaba muy mal con la gente mayor que era mayor que yo, me trataban como si fueran superiores que yo, mas fuertes, a pesar que seguramente seguirían cada dieta y consejo que te dan las revistas para que uno se parezca a las modelos que aparecen en sus revistas, a las cuales, yo sospecho, que las deben tener muertas de hambre para mantenerse del ancho de una percha. ¡Que sera de ellas cuando las perchas vengan en un tamaño mas chico! le solía decir a mi hermana mayor desde chiquita cuando intentaba seguir los pasos de esas modelos.
Lo bueno de la gente chica, es que te tratan bien y generalmente son simpáticos, a menos que sean unos nenes malcriados, pero la mayoría de las veces no lo muestran al público.
El tiempo pasaba muy rápido, aunque las dos pudimos hablar bastante. Era buena, algo tímida pero me caía bien. Al poco tiempo nos encontramos con que ya nos teníamos que ir, no sabia por que no tenia ganas de irme, obviamente no por el profesor, cuyas canas al aire que daban ganas de reír a carcajadas,si no que para quedarme charlando.
- ¿Queres salir a tomar algo? mis papas no me vienen a buscar hasta en una hora mas o menos- dijo Orne- a ver si me hago alguna amiga, ¿no?
No lo podía creer, ¡ella también necesitaba una amiga!
- ¿No queres venir a mi casa? queda a una cuadra y esta por llover, me parece- le ofrecí
- Bueno, mi mama me mataría si me ve toda empapada- dijo con una sonrisa mirando al cielo de un gris mas oscuro que los ojos del profesor.
Y entonces nos dirigimos a mi casa, charlando felizmente. Estaba sin palabras, por fin una amiga, alguien nuevo con el que me llevara bien, un nuevo mandala.

26 de julio de 2010

atentado de traicion


-Hazlo-dijo el

-Pero no podemos... ¿y tu familia? ¿y tus amigos?... ¿y tu vida?, no quiero que sufras como yo sufri todos estos años...- dijo ella, estaban susurrando, en la vos de la chica se notaba un matiz de profunda tristeza, las lagrimas inundaban sus ojos rojos y resbalaban por sus palidas mejillas.

- Te juro, Jessy, que nunca te voy a dejar sola, no me importa lo demas, solo me importas vos. nunca voy a sufrir a tu lado, ni vos al mio. Fuimos hechos el uno para el otro y no podria vivir, ni siquiera siendo un mortal, sin vos- dijo el chico. Era evidente que no sentia lo mismo por Jessy, pero ella estaba cegada por el amor que sentia hacia aquel ingrato.

Jessy estaba conmocionada, el acuno con sus manos el rostro de la ingenua vampira y la beso apasionadamente.

- Bueno... si estas seguro... - la chica se detuvo solo para investigar al rostro de su amado, en busca de una señal de retirada, pero no encontro nada.

- Lo estoy- dijo con completa seguridad

- Esta bien.

y entonces paso lo mas repugnante que vi en toda mi vida. Jessy clavo sus largos colmillos en el suave y delicado cuello de ese chico con ojos negros y tricioneros. Ya sabia que pasaria. Despues de unos cuantos segundos saco la boca de la sangrienta herida que dejo en el. Entonces, la transformacion dio lugar, a un monstruo de ojos rojos y largos y afilados colmillos, todos combinados con la fria y blanca tez del vampiro, que estaba ansioso por probar la sangre de inocentes victimas. El neófito esbozo una malvada sonrisa, y dirijio una enigmatica mirada a Jessy.

- ¿Como te sentis, James? - le pregunto Jessy. Se notaba lo preocupada que estaba. Los dos eran ahora completamente hermosos. Jessie era una chica de aproximadamente 20 años, como James. su pelo era lijeramente enrulado y de un rojo intenso. James tenia un aspecto de un debilucho, flaco, muy flaco, pero habia algo en el que lo hacia adorable. sus ojos, normalmente negros, ahora eran de un rojo intenso.

- Mejor que nunca- dijo con la maldad impregnada en su tono- no puedo creer lo ingenua que sos, bombon.

-¿Que?-dijo Jessy con la perpelejidad y miedo reflejados en su rostro y en su voz.-¿A que te referis?

- Adios, para siempre.

despues todo fue muy rapido. James incendio la sala con un fosforo que tenia a mano y se escapo por la ventana, dejandola a ella ahi, arrodillada llorando por su unico amor, que la habia traicionado y dejado al vorde de la muerte. Aunque no se quedo ahi, lamentandoce por mucho tiempo. se levanto, y con un movimiento, despedazo la pared mas cercana y se fue corriendo hacia su maldito amado, con sed, no de sangre, sino de venganza. Lo amo, y la traiciono, e incluso atento a matarla.

Yo por mi parte, intente escaparme, pero las llamas llegaron a mi antes de que lograra atravezar el agujero. El fuego me reducio a algo menos que cenizas. Mi alma ahora vaga por el mundo, aunque no va a ser por mucho tiempo. Me voy a vengar de ese vampiro... Voy a acompañar a Jessy, voy a ayudarla, voy a sacarme de ensima este asunto pendiente, y por fin descansare en paz.